viernes, 24 de octubre de 2008

KARMA

(KÁRMAN *)

..“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con la Ley. Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; hay muchos planos de causación, pero ninguno escapa a la Ley”.
El Kybalión (Tres Iniciados)

Existen muchas contradicciones con respecto a lo que significa verdaderamente el KARMA. Vamos a tratar de definir, en la forma más breve posible, lo que verdaderamente es:
Definición Académica: KARMA O KARMAN (voz sánscrita **). En las religiones budista, brahmanista y jainista, significa el devenir, la sucesión de los actos y sus consecuencias, que serán debidamente retribuidas en el curso de las reencarnaciones. También expresa hecho o acto y la retribución a que está sometido cada individuo y que condiciona el futuro del destino último del hombre y del Universo.

El KARMA es la ley universal de compensación y causalidad. A cada causa que creamos le sigue un efecto. Por cada pena o dolor que causemos a otros, sufriremos en igual grado y manera cuando el Cósmico crea que el fruto de la lección sea más efectivo para nosotros aprender. El propósito de la ley no es vengativo, más bien, lo que hace es darnos una lección, hacer que nos demos cuenta del error, para evolucionar. En el proceso no existe venganza ni intención de causar sufrimiento. El KARMA puede ser positivo (crédito) o negativo (débito). El KARMA es de dos tipos, uno individual o personal y otro colectivo. La Ley del KARMA funciona independientemente de nuestro conocimiento o desconocimiento y se está creando constantemente en nuestro pensamiento.

El KARMA COLECTIVO, puede ser Mundial, Internacional, Nacional, Local, de un grupo, familiar, etc., ya que cuando un individuo se une o asocia con otros, forma parte de una mente colectiva. Los problemas sociales y políticos están íntimamente relacionados con el KARMA COLECTIVO. Cuando un individuo ingresa en una sociedad o asociación, automáticamente pasa a formar parte del KARMA COLECTIVO de la misma.

El KARMA INDIVIDUAL, depende de la intención y de la acción del individuo. Este KARMA INDIVUDUAL, puede ser por omisión o por comisión. Por comisión es cuando cometemos una acción o hecho, sea esta en beneficio o perjuicio de alguien. Por omisión es cuando se omite hacer algo que sería un bien para otro y que atrae un mal al sujeto. A veces podemos dejar de hacer algo que para nosotros parece ser dañino, pero ello puede resultar en un mal peor. El dejar de hacer un bien da como resultado un KARMA negativo por omisión.

El KARMA puede ser físico, si se usan leyes de la naturaleza; moral, si se usan leyes psicológicas; y espiritual, si se usan leyes Cósmicas. También puede haber KARMA COMBINADO, lo cual sería cuando se usan dos o más de las leyes mencionadas anteriormente.

Todo en nuestra vida es producto del KARMA, tanto nuestros momentos de felicidad, como los de dolor. Esta ley no es producto del capricho de Dios, sino de su sabiduría.

El KARMA es una energía que acciona y reacciona, es decir, produce efectos sobre el mismo generador o pensador. No está basada en caprichos egoístas, sino en la más estricta justicia concebida, pues el resultado es justo y balanceado. Es decir, todo pensamiento produce efectos que recaen sobre el pensador como bendiciones o como perdidas, dependiendo del móvil causativo del pensamiento original.

Esta ley, para algunos puede ser comprendida, para otros no ser aceptada. La misma es como el Sol, que durante la noche no se ve, pero no se puede negar su existencia. Comprendiendo el KARMA en su esencia, es inmutable, a veces con resultados inesperados. En términos mas comprensibles lo que se siembra es lo que se cosecha, aunque la cosecha puede que no se recoja en la presente existencia terrenal. Por esta razón, no podemos estar seguros cuándo o cómo la Ley del KARMA exigirá compensación.

La Ley del Karma está relacionada con todos los planos de manifestación, incluye todas las Leyes Cósmicas, tales como la Ley de Reencarnación, Ley de Amra ***, Ley del Equilibrio Cósmico, Ley del Triángulo, Ley del Libre Albedrío, Ley del Andrógino y su complementaria la Ley de las Polaridades Inversas, Ley del Entonamiento Cósmico (Iluminación), Ley de Atracción, Ley de las Correspondencias, Ley de Regeneración, Ley de Cristalización, etc. Esta Ley trabaja independientemente, así como dentro, del mismo tiempo y del espacio.

Como Ley, el KARMA es eterno, aunque no permanente en el hombre, existe desde el “principio” y continuará hasta la consumación de los siglos.

El Karma es una Ley impersonal, no arbitraria e imparcial. No es caprichosa, fatalista, injusta o castigadora, al contrario, es inviolable, irrevocable y justa, causal y no casual, acumulativa pero no unilateral o egoísta. Automática, pero no mecánica. No puede calificarse como buena o mala en su esencia, por lo que es neutral, aunque dual en su manifestación humana. Es irrevocable, aunque modificable en sus resultados.

La Ley del KARMA, ayuda al hombre a cumplir con su principal objetivo de la vida en este plano físico, según el punto de vista místico: que es adquirir experiencia, y unirla al conocimiento integral que tengamos de todo.

La Ley del KARMA, no causa jamás que una persona reencarne en seres menos evolucionados, ya que es de tipo evolutivo-ascendente. Nunca descenderemos en la escala de la evolución física, cualesquiera que sea la deuda kármica que tengamos que pagar.

Somos lo que pensamos. Pensar en pobreza, eso será lo que se atrae. Anhelar riquezas, eso será lo que tendremos. El hombre es el producto de si mismo en su vida. Todo objeto o acto se inician en el pensamiento. La desgracia o la felicidad se inician en el pensamiento, esta es la raíz de la Ley del KARMA. El buen o mal uso de los recursos que tengamos generará un KARMA, al cual debemos compensar en su debida oportunidad. Como se dijo anteriormente, cosechamos lo que sembramos.

De ahora en adelante, cuando vayamos a actuar, primero meditemos, visualicemos previamente lo que vamos a realizar, midiendo los pro y los contra de nuestras acciones, ya que tarde o temprano, bien sea en esta vida o en otra, pero siempre sobre este mismo plano existencial, tendremos que compensar.

Las decisiones del hombre forman su destino, y así se cumple la Ley del KARMA, también conocida como de Causa y Efecto o CAUSACIÓN.

El Maestro de Maestros, JESÚS EL CRISTO, según el Evangelio de Mateo, Capítulo 7, Versículo 12, en lo que en Cristianismo se denomina como La Regla de Oro, dijo: “...haced vosotros con los demás hombres todo lo deseáis que hagan ellos con vosotros; porque esta es la suma de la ley...”

HUEVOS DE SIETE CÁSCARAS

Por: Silvia Schmidt
- Versión en español por Eduardo e Irany Lecea -

En la Pascua, en vez de huevos de chocolate,¿No sería más agradable "recibir" una Personay así tener un nuevo Amigo o Amiga?

Pero acuérdate que las personas son "Huevos de 7 Cáscaras"
Si te suena interesante, aquí te doy algunas sugerencias para llegar hasta tu "regalo" :

1ª cáscara: la máscara social, la que todos ven. Aproxímate con transparencia y simplicidad y, ella caerá.

2ª cáscara: la desconfianza. Ésta es formada por desilusiones y decepciones. Si tu eres confiable, eso será "sentido" y se derretirá.

3ª cáscara: el miedo. Esa es generada por agresiones y rechazos del pasado. Deja transparentar tu comprensión y bondad de espíritu. Esa cáscara también se quebrará.

4ª cáscara: las defensas. Una cáscara desarrollada frente a las críticas y juicios. De alguna forma expresa tu poder de aceptación,de respeto a la manera de ser de cada uno. Desaparecerá delante de tus ojos.

5ª cáscara: la timidez.Un resultado de falsas nociones sobre laverdadera grandeza de cada ser. Muéstrate como alguien conocedor de tu tamañoexacto, ni menor, ni mayor que nadie.Y una cáscara más se irá por tierra.

6ª cáscara: la inseguridad. Ésta es moldeada por engañosas y fracasadasrelaciones pasadas. Transmite con energía tu fe en nuevas posibilidades,comparte tu creencia de que en la película de la vidatambién es posible tener final feliz. En poco tiempo, esa cáscara ya no existirá más.

7ª cáscara: el carácter.Ésta no se quiebra y solamente la verás con tu intuición. Puede ser de 2 tipos: opaca o luminosa.

La opaca es mantenida por inquebrantablesmalas tendencias o malos sentimientos. Quédate con él o busca otro "huevo" ... la elección es tuya.

La luminosa emana un alto astral y una suavidad tanevidentes, que es imposible no sentirla.Dentro de ella hay alguien lleno de Amor para dar.*Quédate con él y, deja que pruebe el calor de tu abrazo.

Todas las personas son "Huevos de 7 Cáscaras".

¿Que tal recibir un dulce bien en ésta tan Dulce Pascua?

©Silvia SchmidtSP/SP - 19 de marzo de 2004-Derechos de Autor Protegidos©Copyright 2004

¡Conquista Un Huevo de 7 Cáscaras!

TEXTO LANZADO POR PRIMERA VEZ EN INTERNET EL 19 DE MARZO DE 2004 POR LA PROXIMIDAD DE LA PASCUA.

PSIQUIATRA RECONOCE EFECTOS EMOCIONALES DEL EQUINOCCIO

(Autor desconocido)

Aunque no existe evidencia científica de que el equinoccio de primavera beneficia directamente a la salud de las personas, tiene repercusiones emocionales, expresó Rafael Castro Román, director del Hospital Psiquiátrico "Samuel Ramírez" (México).
Los ritos que se celebran por el equinoccio se remontan al origen de la humanidad, las festividades concentran muchedumbres en ciertos sitios del planeta y esto tiene implicaciones más bien religiosas y dan al hombre una sensación de seguridad, externó.
El sentido gregario de la raza humana es uno de los aspectos que favoreció el inicio de la civilización y genera confianza tanto a nivel personal como colectivo. No obstante, explicó, si hubiera evidencia científica de los beneficios a la salud del equinoccio sería popular entre la comunidad médica y "seguramente muchos estaríamos en sitios como pirámides cada 21 de marzo".
El equinoccio es la época en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre. Castro Román recordó que la gente se concentra en lugares donde cree que puede recargar su energía para iniciar un ciclo nuevo; entre esos lugares están las zonas arqueológicas como Teotihuacán, Chichen Itzá y Tajín. Comentó que eso puede ayudar a las personas a elevar su autoestima y generar un ambiente positivo si "se observa desde el punto de vista de la psicología de masas". Para muchas sociedades, explicó, sentir seguridad depende en gran medida de factores externos y los cambios climáticos pueden influir.
El hombre está vinculado con el medio ambiente y seguramente los cambios atmosféricos, climáticos y la posición de la tierra, entre otros aspectos, pueden provocar en el hombre reacciones bioquímicas que le den sensación de bienestar, mencionó. Castro Román indicó que sentirse anímicamente bien y estar en buen estado de salud influyen para tener una sensación de salud mental y corporal.
El equinoccio de primavera está vinculado a la naturaleza, que es un factor determinante en las acciones del hombre pues el agua, la tierra y el sol son elementos de fertilidad y generadores de vida. El inicio de la primavera marca el comienzo del año agrícola y la llegada de buen tiempo que permite las fiestas al aire libre, las bacanales en prados y bosques y el culto al dios del vino y la sensualidad que los griegos llaman Dionisios y los romanos Baco. Los judíos adoptaron esa festividad de origen pastoril y agrícola en una de sus celebraciones más solemnes, el Pesaj, que evoca la liberación del pueblo hebreo de su cautiverio en Egipto. El cristianismo también adoptó esa fiesta pagana, como otras, asimilándola a la fiesta de la Pascua, es decir la Resurrección, que se celebra el domingo siguiente al pleniluio (luna llena) posterior al 20 de Marzo. En México esa festividad se vincula a las tradiciones de los pueblos prehispánicos, que apegaban sus acciones y creencias a los fenómenos astrológicos y para quienes la celebración estaba vinculada a la fertilidad y la abundancia.
En el plano astral el equinoccio de marzo está fuertemente ligado a Sirio, una de las estrellas mayores y de fuertes emisiones energéticas, además de que a partir del 21 de marzo empieza a girar la rueda del Zodiaco desde su primer signo, Aries.

EL PODER DE LA MENTE PARA ENFERMAR O CURAR EL CUERPO

(Autor desconocido)

Según lo define Oakley Ray, profesor de Psiquiatría y Psicología de la Universidad Vanderbitt (USA), lo que llamamos mente es el resultado del funcionamiento del cerebro: los pensamientos, las creencias, las ideas, las esperanzas, y aun las emociones y sentimientos, resultan de actividades eléctricas y químicas que tienen lugar en las células nerviosas del cerebro.

La mente (o la actividad del cerebro) es la primera línea que tiene el cuerpo para defenderse contra la enfermedad, el envejecimiento y la muerte, y a favor de la salud y el bienestar.
Todo lo que pensamos y todo lo que creemos tiene efectos tanto positivos como negativos sobre nuestra salud física.

Las investigaciones más recientes dan evidencias incuestionables de las interacciones mente-cerebro-cuerpo a nivel molecular y celular (neurotransmisores, hormonas, citoquinas) que pueden impactar sobre la salud y la calidad de vida de los individuos.

Hipócrates decía que es más importante conocer al paciente que tiene una enfermedad que conocer la enfermedad que tiene el paciente. En efecto, desde la medicina clásica se recomienda poner el enfoque en el paciente, en cada paciente en particular considerándolo como un individuo único e irrepetible.

La calidad de la buena medicina radica en la calidad de la interacción humana, aquella que surge de la relación entre el médico y sus pacientes.

Otro grande de la medicina, Galeno de Pérgamo, observó hace más de 1800 años que la mayoría de las personas que lo consultaban no tenían ningún mal físico.....

Mucho más recientemente, en un estudio realizado en la Academia Americana de Medicina (1991) se analizaron mil consultas a médicos clínicos y se informó que sólo un 16 % de esas personas tenía algún problema físico objetivable.

La gente no va al médico sólo porque le duele algo. Quieren que les presten atención, que los escuchen y los comprendan en algún sufrimiento que pocas veces tiene que ver con algo objetivo del cuerpo.

La actitud mental del individuo tiene mucho que ver con su situación ante la enfermedad o la posibilidad de morir. Cuatro siglos antes de Cristo el cronista griego Tucídides observaba que la cosa más terrible es la desolación en la que cae la gente cuando se da cuenta que contrajo una enfermedad ya que en esas circunstncias adopta una actitud desesperada y pierde el poder de resistencia.

Véase en ello una clara referencia a la diferente posibilidad de lucha contra la enfermedad entre el optimista que seguramente vivirá más, y el pesimista que verá apurado el proceso de su muerte.

Y eso es porque lo que creemos y lo que sentimos influye fuertemente sobre nuestro estado corporal como para aumentar o disminuir nuestros recursos biológicos defensivos y con ellos nuestras posibilidades de salud o de muerte.

El rol del paciente en el proceso de su curación ha cambiado porque ha ganado en importancia a la vez que el rol del médico ya no es el del “ser supremo” que todo lo cura, sino que debe interactuar con el paciente: explicando, enseñando, transmitiendo habilidades y fuertes contenidos de esperanza. El médico se transforma en un colaborador del paciente para enfrentar juntos a la enfermedad.

Estudios realizados durante la última década demostraron estadísticamente que cuanto mayor es la educación e instrucción alcanzada por el paciente, menor es su índice de mortalidad. Incluso la existencia de creencias religiosas ha significado importantes reducciones en porcentajes de complicaciones o muertes en pacientes sometidos a cirugías cardiovasculares.

Esto prueba una vez más el poder de la mente: las creencias, los efectos producidos por la idea de que Dios me ama, el sostén de los vínculos (amistad-familia) son todas fuerzas poderosas en el momento de luchar contra la enfermedad porque aumentan la seguridad y la autoestima.

Es conocida también la influencia del estrés sobre la salud y la enfermedad. En investigaciones realizadas con estudiantes de medicina sometidos al consabido estrés durante sus períodos de exámenes, se estudió su sistema defensivo inmunitario y se concluyó que durante ese período este sistema se deprime y consecuentemente sube la posibilidad de contraer infecciones.

Otra prueba de la influencia de la mente sobre las afecciones del cuerpo la da este simple juego de ecuaciones ante enfermedades definidas como incurable (como el sida).
1) Aceptar el diagnóstico + Aceptar el pronóstico = Tiempo de sobrevida reducido....
2) Aceptar el diagnóstico + Desafiar y rechazar el pronóstico = Tiempo de sobrevida más prolongado....

Vale decir que los pacientes del segundo grupo que rechazaban el mal pronóstico de su enfermedad a partir de tener la convicción de luchar por vivir, incuestionablemente viven más.

Un dato más que no se puede ignorar es que las personas que tienen más conexión con sus amigos, con su familia o con grupos de apoyo, tienen un índice de mortalidad más bajo. Es así de cierto: los amigos significan buena salud e incrementan la longevidad. Y esto se nota mucho más después de los 60 años de edad: los viejos aislados sin amigos o sin familia, tienen el doble de probabilidades de morir antes que los que frecuentan amistades.

De todo lo expuesto surge como conclusión que el poder y la influencia de la mente sobre el cuerpo ante la salud, la enfermedad y la misma muerte, es algo absoluto que está fuera de discusión.

La medicina y los médicos, si de verdad queremos ayudar a nuestros pacientes, deberemos tener una visión menos superespecializada, alejarnos de lo que está excesivamente centrado en lo biológico y volver nuestra mirada humanitariamente hacia la mente y el corazón de nuestros enfermos.

Fuente: Basado en mi experiencia de casi 29 años como médico y en apuntes tomados en la conferencia del Profesor Oakley Ray en el Simposio Internacional de Psiquiatría realizado en Córdoba (Argentina) en Agosto de 2003.

EL VERDADERO VALOR

AUTOR: DESCONOCIDO

- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?

El maestro sin mirarlo, le, dijo: - Cuanto lo siento muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizá después... -y haciendo una pausa agregó: si quisieras ayudarme tú a mí, yo podría resolver este problema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.
- E...encantado,- maestro- titubeó el joven, pero sintió que otra vez era desvalorizado, y sus necesidades postergadas.
- Bien, asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño y dándoselo al muchacho, agregó - toma el caballo que está allá afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Ve y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y sólo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo.En afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado, más de cien personas, abatido por su fracaso montó su caballo y regresó. ¡Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro! Podría entonces habérsela entregado él mismo al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda.

Entró en la habitación. - Maestro - dijo - lo siento, no se puede conseguir lo que me pediste. Quizá pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. - Qué importante lo que dijiste, joven amigo- contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo. Vuelve a montar y vete al joyero. ¿Quién mejor que él para saberlo? Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto te da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil con su lupa, lo pesó y luego le dijo: - Dile al maestro, muchacho, que si lo quiere vender YA, no puedo darle más que 58 monedas de oro por su anillo - ¡58 MONEDAS! Exclamó el joven. - Sí - replicó el joyero - yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no sé...si la venta es urgente...

El joven corrió emocionado a la casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate - dijo el maestro después de escucharlo - Tú eres como este anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede revaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor? Y diciendo esto, volvió a ponerse el anillo en el dedo pequeño.

- Todos somos como esta joya, valiosos y únicos, y andamos por los mercados de la vida pretendiendo que gente inexperta nos valore!

RITUAL PARA ALIVIAR LA DEPRESIÓN

AUTOR: MAMMA ROSE
Sal al aire libre durante la noche (durante el día si es invierno, debido a los cambios de temperatura), y busca un árbol grande. Un roble es la mejor elección, pero cualquier árbol será útil. De ser posible, elige alguno que cambie de follaje según la estación, antes que uno perenne (que siempre tiene follaje verde y con puntas, como un pino).

Coloca la palma de tu mano proyectora (derecha si eres diestro, izquierda si eres zurdo) sobre la corteza del árbol y dile algo como lo siguiente: ”Bendito árbol, mi hermano (o hermana) de madera, tengo una gran necesidad de tu sanación. Me siento vacío(a) por dentro, ya que mi depresión (ansiedad, temor, ...) llega hasta el fondo de mi corazón. Te pido que me ayudes, y me asistas en sanarme a mi mismo(a)... por favor ayúdame a sentirme fuerte y sólido(a) por dentro, ayúdame a ser feliz nuevamente...”

Luego siéntate con la cara hacia el cielo (o el sol), y recuesta tu espalda sobre el tronco del árbol. A medida que te relajas, siente cómo te fundes con el tronco, volviéndote un solo ser con el árbol. Siente que te has convertido en una rama, cubierta de follaje verde. Siente cómo la luz de la luna, o el sol, cae sobre ti... bebe la Luz del Dios Solar o de la Diosa Lunar... siente su amor llenándote, empujando tu tristeza dentro del árbol. Llénate de la energía del sol o la serenidad de la luna, y permite que esto pase a través tuyo hacia dentro del árbol.

Eres ahora parte del árbol. Eres el árbol. Siente la sobrecogedora Sabiduría sellada dentro de tu madera, tus hojas. Siente todo lo que significa ser un árbol.

Luego lentamente, siente cómo te vas separando del árbol, hasta convertirte nuevamente en un ser humano. Inclínate hacia delante y levántate. Voltea hacia el árbol, dándole la cara, y agradécele. Si lo deseas, abrázalo. Tú y el árbol son ahora uno... tú eres el árbol, y el árbol es ahora tú mismo(a). Ama a este árbol, cuídalo. Cuanto mejor esté cuidado, más feliz te sentirás en el largo plazo. Y fúndete en un solo ser con el árbol tan seguido como lo necesites de acuerdo al ritual descrito arriba. ¡Disfrútalo!

Si por alguna razón necesitas en el futuro mudarte lejos del árbol, explícaselo, y devuélvele su sensación de madera, y él te devolverá tu sensación humana. Cuando te mudes, busca un nuevo árbol. Adicionalmente, si puedes, conversa con las nuevas personas que se muden cerca del árbol que dejas y pídeles que cuiden bien de él, explicándoles que tiene un significado especial para ti.

EL BAMBÚ

AUTOR: DESCONOCIDO

No hay que ser agricultor para saber que una buena cosecha requiere de buena semilla, buen abono y riego constante. También es obvio que quien cultiva la tierra no se para impaciente frente a la semilla sembrada, jalándola con el riesgo de echarla a perder, gritándole con todas sus fuerzas: ¡ Crece, de una vez por todas !

Hay algo muy curioso que sucede con el bambú japonés y que lo transforma en no apto para impacientes: Siembras la semilla, la abonas, y te ocupas de regarla constantemente. Durante los primeros meses no sucede nada apreciable. En realidad no pasa nada con la semilla durante los primeros siete años, a tal punto,que un cultivador inexperto estaría convencido de haber comprado semillas infértiles. Sin embargo, durante el séptimo año, en un periodo de solo seis semanas... ¡la planta de bambú crece ¡mas de 30 metros!¿Tardó solo seis semanas crecer? No, la verdad es que se tomó siete años y seis semanas en desarrollarse.

Durante los primeros siete años de aparente inactividad, este bambú estaba generando un complejo sistema de raíces que le permitirían sostener el crecimiento que iba a tener después de siete años. Sin embargo, en la vida cotidiana, muchas veces queremos encontrar soluciones rápidas, triunfos apresurados, sin entender que el éxito es simplemente resultado del crecimiento interno y que este requiere tiempo. Quizás por la misma impaciencia, muchos de aquellos que aspiran a resultados en corto plazo, abandonan súbitamente justo cuando ya estaban a punto de conquistar la meta. Es tarea difícil convencer al impaciente que solo llegan al éxito aquellos que se mantienen en forma perseverante y coherente, o sea no tercos e ilusos, y saben esperar el momento adecuado.

De igual manera es necesario entender que en muchas ocasiones estaremos frente a situaciones en las que creemos que nada está sucediendo. Y esto puede ser extremadamente frustrante. En esos momentos (que todos tenemos), recordar el ciclo de maduración del bambú japonés, y aceptar que -en tanto no bajemos los brazos -,ni abandonemos por no "ver" el resultado que esperamos, sí está sucediendo algo dentro nuestro: estamos creciendo, madurando. Quienes no se dan por vencidos, van gradual e imperceptiblemente creando los hábitos y el temple que les permitirá sostener el éxito cuando éste al fin se materialice. El triunfo no es más que un proceso que lleva tiempo y dedicación.Un proceso que exige aprender nuevos hábitos y nos obliga a descartar otros. Un proceso que exige cambios, acción y formidables dotes de paciencia.Tiempo...

Cómo nos cuestan las esperas. Qué poco ejercitamos la paciencia en este mundo agitado en el que vivimos... Apuramos a nuestros hijos en su crecimiento, apuramos al chofer del taxi... nosotros mismos hacemos las cosas apurados, no se sabe bien por qué...Perdemos la fe cuando los resultados no se dan en el plazo que esperábamos, abandonamos nuestros sueños, nos generamos patologías que provienen de la ansiedad, del estrés...¿Para qué? Te propongo tratar de recuperar la perseverancia, la espera, la aceptación. Gobernar aquella toxina llamada impaciencia, misma que nos envenena el alma. Si no consigues lo que anhelas, no desesperes... quizá solo estés echando raíces....

Que tengas un buen día!!