viernes, 24 de octubre de 2008

KARMA

(KÁRMAN *)

..“Toda causa tiene su efecto; todo efecto tiene su causa; todo ocurre de acuerdo con la Ley. Azar no es más que el nombre que se da a una ley desconocida; hay muchos planos de causación, pero ninguno escapa a la Ley”.
El Kybalión (Tres Iniciados)

Existen muchas contradicciones con respecto a lo que significa verdaderamente el KARMA. Vamos a tratar de definir, en la forma más breve posible, lo que verdaderamente es:
Definición Académica: KARMA O KARMAN (voz sánscrita **). En las religiones budista, brahmanista y jainista, significa el devenir, la sucesión de los actos y sus consecuencias, que serán debidamente retribuidas en el curso de las reencarnaciones. También expresa hecho o acto y la retribución a que está sometido cada individuo y que condiciona el futuro del destino último del hombre y del Universo.

El KARMA es la ley universal de compensación y causalidad. A cada causa que creamos le sigue un efecto. Por cada pena o dolor que causemos a otros, sufriremos en igual grado y manera cuando el Cósmico crea que el fruto de la lección sea más efectivo para nosotros aprender. El propósito de la ley no es vengativo, más bien, lo que hace es darnos una lección, hacer que nos demos cuenta del error, para evolucionar. En el proceso no existe venganza ni intención de causar sufrimiento. El KARMA puede ser positivo (crédito) o negativo (débito). El KARMA es de dos tipos, uno individual o personal y otro colectivo. La Ley del KARMA funciona independientemente de nuestro conocimiento o desconocimiento y se está creando constantemente en nuestro pensamiento.

El KARMA COLECTIVO, puede ser Mundial, Internacional, Nacional, Local, de un grupo, familiar, etc., ya que cuando un individuo se une o asocia con otros, forma parte de una mente colectiva. Los problemas sociales y políticos están íntimamente relacionados con el KARMA COLECTIVO. Cuando un individuo ingresa en una sociedad o asociación, automáticamente pasa a formar parte del KARMA COLECTIVO de la misma.

El KARMA INDIVIDUAL, depende de la intención y de la acción del individuo. Este KARMA INDIVUDUAL, puede ser por omisión o por comisión. Por comisión es cuando cometemos una acción o hecho, sea esta en beneficio o perjuicio de alguien. Por omisión es cuando se omite hacer algo que sería un bien para otro y que atrae un mal al sujeto. A veces podemos dejar de hacer algo que para nosotros parece ser dañino, pero ello puede resultar en un mal peor. El dejar de hacer un bien da como resultado un KARMA negativo por omisión.

El KARMA puede ser físico, si se usan leyes de la naturaleza; moral, si se usan leyes psicológicas; y espiritual, si se usan leyes Cósmicas. También puede haber KARMA COMBINADO, lo cual sería cuando se usan dos o más de las leyes mencionadas anteriormente.

Todo en nuestra vida es producto del KARMA, tanto nuestros momentos de felicidad, como los de dolor. Esta ley no es producto del capricho de Dios, sino de su sabiduría.

El KARMA es una energía que acciona y reacciona, es decir, produce efectos sobre el mismo generador o pensador. No está basada en caprichos egoístas, sino en la más estricta justicia concebida, pues el resultado es justo y balanceado. Es decir, todo pensamiento produce efectos que recaen sobre el pensador como bendiciones o como perdidas, dependiendo del móvil causativo del pensamiento original.

Esta ley, para algunos puede ser comprendida, para otros no ser aceptada. La misma es como el Sol, que durante la noche no se ve, pero no se puede negar su existencia. Comprendiendo el KARMA en su esencia, es inmutable, a veces con resultados inesperados. En términos mas comprensibles lo que se siembra es lo que se cosecha, aunque la cosecha puede que no se recoja en la presente existencia terrenal. Por esta razón, no podemos estar seguros cuándo o cómo la Ley del KARMA exigirá compensación.

La Ley del Karma está relacionada con todos los planos de manifestación, incluye todas las Leyes Cósmicas, tales como la Ley de Reencarnación, Ley de Amra ***, Ley del Equilibrio Cósmico, Ley del Triángulo, Ley del Libre Albedrío, Ley del Andrógino y su complementaria la Ley de las Polaridades Inversas, Ley del Entonamiento Cósmico (Iluminación), Ley de Atracción, Ley de las Correspondencias, Ley de Regeneración, Ley de Cristalización, etc. Esta Ley trabaja independientemente, así como dentro, del mismo tiempo y del espacio.

Como Ley, el KARMA es eterno, aunque no permanente en el hombre, existe desde el “principio” y continuará hasta la consumación de los siglos.

El Karma es una Ley impersonal, no arbitraria e imparcial. No es caprichosa, fatalista, injusta o castigadora, al contrario, es inviolable, irrevocable y justa, causal y no casual, acumulativa pero no unilateral o egoísta. Automática, pero no mecánica. No puede calificarse como buena o mala en su esencia, por lo que es neutral, aunque dual en su manifestación humana. Es irrevocable, aunque modificable en sus resultados.

La Ley del KARMA, ayuda al hombre a cumplir con su principal objetivo de la vida en este plano físico, según el punto de vista místico: que es adquirir experiencia, y unirla al conocimiento integral que tengamos de todo.

La Ley del KARMA, no causa jamás que una persona reencarne en seres menos evolucionados, ya que es de tipo evolutivo-ascendente. Nunca descenderemos en la escala de la evolución física, cualesquiera que sea la deuda kármica que tengamos que pagar.

Somos lo que pensamos. Pensar en pobreza, eso será lo que se atrae. Anhelar riquezas, eso será lo que tendremos. El hombre es el producto de si mismo en su vida. Todo objeto o acto se inician en el pensamiento. La desgracia o la felicidad se inician en el pensamiento, esta es la raíz de la Ley del KARMA. El buen o mal uso de los recursos que tengamos generará un KARMA, al cual debemos compensar en su debida oportunidad. Como se dijo anteriormente, cosechamos lo que sembramos.

De ahora en adelante, cuando vayamos a actuar, primero meditemos, visualicemos previamente lo que vamos a realizar, midiendo los pro y los contra de nuestras acciones, ya que tarde o temprano, bien sea en esta vida o en otra, pero siempre sobre este mismo plano existencial, tendremos que compensar.

Las decisiones del hombre forman su destino, y así se cumple la Ley del KARMA, también conocida como de Causa y Efecto o CAUSACIÓN.

El Maestro de Maestros, JESÚS EL CRISTO, según el Evangelio de Mateo, Capítulo 7, Versículo 12, en lo que en Cristianismo se denomina como La Regla de Oro, dijo: “...haced vosotros con los demás hombres todo lo deseáis que hagan ellos con vosotros; porque esta es la suma de la ley...”

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