viernes, 24 de octubre de 2008

PSIQUIATRA RECONOCE EFECTOS EMOCIONALES DEL EQUINOCCIO

(Autor desconocido)

Aunque no existe evidencia científica de que el equinoccio de primavera beneficia directamente a la salud de las personas, tiene repercusiones emocionales, expresó Rafael Castro Román, director del Hospital Psiquiátrico "Samuel Ramírez" (México).
Los ritos que se celebran por el equinoccio se remontan al origen de la humanidad, las festividades concentran muchedumbres en ciertos sitios del planeta y esto tiene implicaciones más bien religiosas y dan al hombre una sensación de seguridad, externó.
El sentido gregario de la raza humana es uno de los aspectos que favoreció el inicio de la civilización y genera confianza tanto a nivel personal como colectivo. No obstante, explicó, si hubiera evidencia científica de los beneficios a la salud del equinoccio sería popular entre la comunidad médica y "seguramente muchos estaríamos en sitios como pirámides cada 21 de marzo".
El equinoccio es la época en que, por hallarse el Sol sobre el Ecuador, los días son iguales a las noches en toda la Tierra, lo cual sucede anualmente del 20 al 21 de marzo y del 22 al 23 de septiembre. Castro Román recordó que la gente se concentra en lugares donde cree que puede recargar su energía para iniciar un ciclo nuevo; entre esos lugares están las zonas arqueológicas como Teotihuacán, Chichen Itzá y Tajín. Comentó que eso puede ayudar a las personas a elevar su autoestima y generar un ambiente positivo si "se observa desde el punto de vista de la psicología de masas". Para muchas sociedades, explicó, sentir seguridad depende en gran medida de factores externos y los cambios climáticos pueden influir.
El hombre está vinculado con el medio ambiente y seguramente los cambios atmosféricos, climáticos y la posición de la tierra, entre otros aspectos, pueden provocar en el hombre reacciones bioquímicas que le den sensación de bienestar, mencionó. Castro Román indicó que sentirse anímicamente bien y estar en buen estado de salud influyen para tener una sensación de salud mental y corporal.
El equinoccio de primavera está vinculado a la naturaleza, que es un factor determinante en las acciones del hombre pues el agua, la tierra y el sol son elementos de fertilidad y generadores de vida. El inicio de la primavera marca el comienzo del año agrícola y la llegada de buen tiempo que permite las fiestas al aire libre, las bacanales en prados y bosques y el culto al dios del vino y la sensualidad que los griegos llaman Dionisios y los romanos Baco. Los judíos adoptaron esa festividad de origen pastoril y agrícola en una de sus celebraciones más solemnes, el Pesaj, que evoca la liberación del pueblo hebreo de su cautiverio en Egipto. El cristianismo también adoptó esa fiesta pagana, como otras, asimilándola a la fiesta de la Pascua, es decir la Resurrección, que se celebra el domingo siguiente al pleniluio (luna llena) posterior al 20 de Marzo. En México esa festividad se vincula a las tradiciones de los pueblos prehispánicos, que apegaban sus acciones y creencias a los fenómenos astrológicos y para quienes la celebración estaba vinculada a la fertilidad y la abundancia.
En el plano astral el equinoccio de marzo está fuertemente ligado a Sirio, una de las estrellas mayores y de fuertes emisiones energéticas, además de que a partir del 21 de marzo empieza a girar la rueda del Zodiaco desde su primer signo, Aries.

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